Hoy leyendo un poco del libro 100 preguntas para despertar de Juan Carlos Rodriguez, recordé algo que siempre debemos tomar en cuenta en nuestro camino por la vida. Si no tenemos bien definido qué queremos y cómo vamos a conseguirlo, es muy probable que nos pasemos la vida dando vueltas en el mismo lugar. Peor aún, si permitimos que otras personas siempre definan lo que queremos y cómo debería ser el éxito para nosotros, entonces seremos todo y cuanto la sociedad u otras personas deseen que seamos.
Para tener la vida que quieres tener, debes enfrentarte a personas y situaciones que te obligan a vivir la vida que ellos quieren que vivas. ¡Ten mucho cuidado con esto! Si asumes como propia la definición de cosas como felicidad, éxito, superación, etc., que la sociedad ofrece, terminarás sintiéndote frustrado frecuentemente hasta que te conviertas en el prototipo de las opiniones de los demás.
Se necesita mucha fuerza de voluntad para tomar la decisión de ser la mejor versión de ti mismo que preferir ser la mejor copia de alguien más. Todos deberíamos tener nuestra propia definición de la palabra éxito. Esto lo has escuchado de múltiples pensadores, coaches, videos de superación personal, etc… Pero, rara vez lo ponemos en práctica. Somos muy temerosos del “qué dirán”.
Pienso que arriesgamos muy poco para transformar nuestras vidas porque el dolor que produce fracasar cuando lo intentamos siempre supera el sufrimiento que sentimos por vivir la vida que estamos viviendo. Siempre queremos regresar a donde fuimos felices y en otras ocasiones no tan agradables, decidimos quedarnos donde sufrimos menos si es nuestra única mejor opción.
Esto me hace pensar en el documental “The Last Dance” de Michael Jordan y los Chicago Bulls. Jordan, luego de una lesión, estaba presionando a su coach para que le permitiera jugar como antes pues ya no aguantaba más seguir sentado en la banca por tanto tiempo mientras veía a su equipo perder sin poder hacer nada. Su coach le dijo que existía una posibilidad de 1 a 10 de lesionarse otra vez si volvía a estar más minutos en cancha. Entonces le dijo a Mike: “Si tuvieses un dolor de cabeza y te diera una pastilla para el dolor, pero esa pastilla podría tener una posibilidad de matarte 1 a 10, ¿la tomarías?” A lo que Mike respondió: “Depende de qué tan fuerte sea el dolor de cabeza”.
Y con esto quisiera terminar esta reflexión… Tu vida no cambiará hasta que la infelicidad que te produce vivir como vives pueda superar cualquier dolor que pueda causar fracasar mientras intentas alcanzar tus sueños. Es muy probable que esta sea la única oportunidad que tendrás para desarrollar lo mejor que hay en ti antes de que cierres lo ojos para siempre.
¡No dejes que te lo cuenten… Ve y vívelo por ti mismo para que seas tú quien tenga algo que contar!
Johan Japhet Febrillet P