EL PODER DE LA CONCENTRACIÓN

Ayer, en medio de una simple competencia de videojuegos, viví una experiencia que despertó en mí una
gran verdad. Durante las primeras horas del juego, mi nivel de enfoque fue tan profundo que parecía estar leyendo cada movimiento con precisión quirúrgica. Más que pura y simple suerte, era atención plena, un estado donde mi cuerpo y mi mente operaban sin fricción, donde mis decisiones se convertían en reflejos guiados por un propósito. En ese breve intervalo de tiempo, todo lo que hacía y cómo lograba anticipar lo que haría el otro me hacía sentir imparable.

Esa experiencia, aunque lúdica, me recordó que la vida real también es competencia, especialmente cuando ofrecemos un producto, un servicio o incluso una idea. En ese terreno, el enfoque tiene mucho que ver con la introspección para entendernos a nosotros mismos y también aprender a leer el ritmo de los demás: sus repeticiones, sus debilidades, sus hábitos. Toda competencia sigue un patrón, y quien es capaz de detectarlo, de interpretarlo y de adaptarse antes que los demás, tiene una ventaja poderosa e innegable. El enfoque que trae consigo éxitos a largo plazo se trata de intensidad acompañada de claridad dirigida hacia donde más importa. A veces, eso significa observar con inteligencia antes de actuar con fuerza.

                                                                                                                                  Johan Japhet Febrillet P.

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